martes, 17 de marzo de 2009

El PRI de EPN hacia la elección legislativa 2009


El liderazgo político de Enrique Peña Nieto es indiscutible; puntea en las encuestas como favorito para ganar la elección presidencial del 2012, genera un magnetismo entre el votante y abriga una esperanza de renovación política en diversos sectores de la sociedad.

El triunfo electoral en su campaña de Gobernador del Estado de México fue impecable. La estrategia consistió en cohesionar a la clase política priísta mexiquense entorno a su proyecto estatal, focalizar el voto duro, incentivar la participación electoral mediante compromisos firmados que hoy son acciones de gobierno: políticas públicas en materia de salud, educación, empleo, infraestructura, apoyo a mujeres y adultos mayores. El gobierno que cumple tiene los niveles de aprobación por encima del gobierno federal. Hoy Enrique Peña Nieto prestigia la política estatal y representa el futuro del PRI mexiquense.
El PRI de Peña Nieto cumple a la sociedad, rinde cuentas, se compromete, es eficaz, incluyente y moderno. El priísmo mexiquense ha privilegiado el acuerdo, la palabra empeñada, el resultado concreto. Ricardo Aguilar Castillo, actual dirigente estatal, ha señalado que el PRI mexiquense es peñista y está listo para ganar la elección intermedia de este año:
"La condición que tiene el Estado de México y más el proceso de conciliación que ha llevado el gobernador Enrique Peña Nieto por una parte, y su partido por otra, permite que otras fuerzas políticas vean atractiva la posibilidad de que el PRI pueda ganar espacios de poder y que esta alianza no debe quedarse sólo en el tema electoral, tiene que trascender a una alianza legislativa, en donde se pueda operar desde el Congreso, la línea política del gobernador, que se puedan hacer las transformaciones legislativas que requiere el estado".

Panorama pre-electoral
Será está una elección decisiva. Acción Nacional se juega la continuidad en Los Pinos, el PRD su reposicionamiento entre el votante desencantado y el PRI el control del Congreso. En tierras mexiquenses, el PRI va a ratificar la confianza ciudadana en su Gobernador. Ampliar los márgenes de gobernabilidad local y nacional. Construir un proyecto político incluyente y responsable.

El PRI ha colocado la eficacia y el empleo como los temas de la elección de medio periodo, es decir, busca que la elección mexiquense sea un plebiscito de la gestión del gobernador Peña Nieto. Para ello ha formado nuevos cuadros, colocando a jóvenes mexiquenses con capacidad de competencia política en municipios y distritos electorales donde el PAN y el PRD van a la baja. Con un proceso interno cuidado, promoviendo la participación en el marco de la unidad interna, conservando la cohesión política entorno al liderazgo de Peña, el priísmo mexiquense se dispone a recuperar municipios perdidos desde 1996 y ser la primera fuerza política estatal.

El PAN busca colocarse como segunda mejor opción entre el votante mexiquense, por eso, ha abierto una línea de diferenciación opositora y de contraste frontal con Peña Nieto. Atenco y Montiel serán los temas de choque. La seguridad pública el catalizador. El proceso de selección y postulación de candidatos ha sido dirigido desde Los Pinos, operado por Ulises Ramírez y Núñez Armas. Las fracturas panistas son evidentes. Irán divididos a los comicios y con la intención del voto en contra. Por esta razón, el presidente Calderón busca poner todo su capital político en juego. Quemar las naves, soldar las fracturas y avanzar para amortiguar la caída en las preferencias.

El PRD resquebrajado en Chalco, con un proceso interno cuestionado por sus propios militantes, con un precandidato a Diputado Federal arraigado por narcotráfico en Ixtapaluca, con un notorio desgaste en Ecatepec. La cuenca electoral perredista está por desaparecer. La cohesión ideológica perredista está destrozada. Las distintas corrientes, integradas por Higinio Martínez Miranda (Grupo de Acción Política), Héctor Miguel Bautista López (Movimiento Vida Digna), Javier Salinas Narváez (Nueva Izquierda) y Emilio Ulloa Pérez (Movimiento de Lucha), se disputan lo que queda del amplio respaldo electoral que obtuvieron en la elección presidencial.

Coda
Las próximas elecciones intermedias servirán para que el escrutinio social ratifique su confianza en los gobernantes y partidos que han sabido cumplir sus compromisos, pero también para manifestar su rechazo a quienes no han sabido responder a sus promesas. Los niveles de rechazo partidista del PRD son altos. El PAN esta en plena caída electoral, amortiguada por el activismo político del gobierno de Calderón. Ambos partidos no han entregado buenas cuentas. De ahí que el PRI destaque por su consistencia ideológica, su cohesión política, su oficio para construir acuerdos y gobiernos que cumplen. Las líneas operativas están ya sobre la mesa. El votante tiene la última palabra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario