El gobierno de Calderón ha fabricado una realidad a modo para quebrar el vínculo social básico. La OMS y el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos ha reportado 18 casos confirmados en México, contra 40 de Estados Unidos y 6 de Canadá. La diferencia es el manejo político y mediático. Una ciudad como Nueva York, que presenta hasta ahora 28 casos, no ha recurrido a la política de miedo de clausurar lo público y aterrar a sus ciudadanos ¿Quién gana con el miedo? El PAN.
La polarización, el miedo y la violencia han sido temas desde los cuales Acción Nacional ha conservado el poder. No es nueva la estrategia, lo que si es nuevo es el manejo de una amenaza biológica.

Ulrich Beck escribe que no hay nada más aterrador que aquello que no puede ser pensado. Insertar la fantasía de la muerte de todos por causa del saludo y el beso no es más que romper tratos con el Otro, quebrar la confianza en el mundo, desaparecer el vínculo social. La amenaza del narco ha dado paso a la amenaza biológica, más oblicua, menos conmensurable, más eficaz para la administración del miedo.
La metáfora de la pandemia viral, apuntalada en los medios, reforzada con cortes especiales y opiniones reiterativas de periodistas, actores y funcionarios federales, cuyo centro es evitar los actos públicos, no hacer mundo común si se quiere salvar la vida de aquello que amenaza. El presidente Calderón en sus dos mensajes solo ha hablado de 149 “probables” casos, de “investigar” si las neumonías fueron provocadas por el virus porcino. Sólo una hipótesis. Los medios amplifican a modo. La gente aterrada no escucha la parte racional del discurso presidencial. El gobierno logra facultades extraordinarias como allanar los hogares habitados por gripientos sospechosistas, multiplicar la presencia del ejército en los bastiones electorales del PRI y del PRD, es decir, en el Distrito Federal y el Estado de México, dejar en suspenso el proceso electoral para renovar los poderes públicos.

Lo grave del asunto no es la enfermedad, sino su manipulación política. A los ciudadanos se nos va insertando que lo más importante y urgente como Nación es la amenaza de muerte en que nos encontramos; así hemos ido admitiendo una serie de sistemas de control bajo el supuesto de que nos vamos morir, ya sea por la violencia del narco o por la presencia de un virus. Hannah Arendt nos enseñó que bajo un ambiente de persecución y miedo no puede haber libertad de deliberación y entendimiento común ¿Cómo entonces elegir a nuestros representantes? ¿Cómo entablar diálogo, si el otro representa una amenaza a la vida? Mientras tanto hay una epidemia de 5 mil desempleados al día; una devaluación en ciernes; la devastación especulativa de las reservas internacionales en la bolsa de valores; una contracción del mercado interno y de las exportaciones; y sobre todo, una total opacidad sobre el destino de los 40 mil millones de dolares que el FMI otorgó en calidad de crédito al gobierno federal.



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