lunes, 6 de abril de 2009

¡Es la economía, estúpidos!

Hace años cuando sonaba con éxito en la radio mexicana la banda británica The Verve, el sistema de pagos estaba hecho añicos, el peso devaluado, el salario reducido a polvo y el desempleo devastaba a la enclenque clase media, esos consumidores sobre endeudados con dinero ajeno; en los Estados Unidos el presidente Clinton lograba que el Senado abriera una línea de crédito de 50 mil millones de dólares para rescatar el explosivo barco mexicano.

Hoy cuando el clandestino multicultural Manu Chao es declarado por el gobierno panista como extranjero pernicioso, el FMI presta al gobierno de Calderón 40 mil millones de billetes verdes con el fin de sacarnos del hoyo al que nos han llevado con decisiones económicas erráticas. El silencio entorno a duplicar la deuda externa mexicana es aterrador. Mientras tanto el “yo público ideal” heideggariano (o sea, mi inconciente) sigue expuesto a los mensajes dramatizados del doble de la realidad, de una existencia virtual que sólo existe en los medios: el narcotráfico. La apuesta calderonista es arriesgada. El resultado electoral, después del revire priísta, se antoja incierto. El Senador Beltrones ha cuestionado la estrategia del PAN sacando los esqueletos del armario de la historia, calificando de “supuestos” los resultados de la elección presidencial del 2006.
Al mismo tiempo, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, think-thank de la derecha neoliberal, suelta una fuerte crítica a la desastrosa política económica de Calderón, señalando "que esta crisis nos tomó peor parados que en años anteriores", que no existe la fortaleza de la que habla el Wiki Secretario de Hacienda y que estamos en crisis. La evidencia son 40 mil millones de dólares para administrar la emergencia real, la verdadera, hecha con ingredientes inocultables como la devaluación, el desempleo, la caída de las exportaciones y el cierre de empresas.

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