jueves, 30 de abril de 2009

Polarización: el correlato inconsciente del tapabocas


¡Tienen la prensa, tienen la bolsa, y ahora tienen también el subconsciente!
La distorsión de la realidad en la noticia es la noticia verídica sobre la realidad.
Karl Kraus

Al margen del manejo mediático de la contingencia sanitaria por la cual atraviesa el país; es importante reflexionar sobre los factores estructurales de la sociedad mexicana, el déficit de eficacia institucional, la baja cobertura del sistema nacional de salud, la marginalidad, las profundas desigualdades; todos estos factores deben de ser analizados para comprender que no es la biología sino las condiciones sociales las que determinan la vulnerabilidad de la población ante un evento de la naturaleza. Si no vemos la pobreza, no vemos la verdadera causa de muerte de los hasta ahora 8 casos confirmados plenamente por las agencias internacionales responsables de evaluar la situación mexicana.

La OMS establece un riguroso protocolo para la administración y logística de enfermedades globales, donde señala que los costos sociales, humanos y económicos son diferentes en cada país. Estados Unidos tiene el mayor número de casos confirmados, pero sus condiciones sanitarias y estructurales son otras, es decir, el factor determinante de la gravedad de una enfermedad viral es la pobreza y la baja escolaridad. Las desigualdades sociales y la marginación en México, se convierten en el vector de transmisión, en el motor social del virus, que pone en situación de riesgo sanitario a 9 de cada 10 mexicanos. El acceso inequitativo a una educación de calidad mantiene en el rezago cultural a millones de personas, limitando el ejercicio de sus derechos sociales y políticos, pero también, atándolos a vivir en condiciones insalubres. Ningún sistema de salud puede asimilar tanta carga, mucho menos, cuando ha sufrido la contracción del gasto público en los dos últimos gobiernos, deteriorado así significativamente la calidad de los servicios médicos que oftece a la gente.

La vulnerabilidad de la población es un factor de riesgo en esta contingencia sanitaria. La agresividad del virus es baja, no es mortal; las victimas fatales se explican más por las condiciones sociales que por la enfermedad misma.

Ya con el análisis de las condiciones objetivas, podemos entrar a hacer un análisis de las condiciones subjetivas, de los signos aplicados para insertar miedo en la población y endurecer los dispositivos de control social gubernamentales. La visibilidad de estos dispositivos de control podemos hallarlo en el cubre bocas. Las autoridades sanitarias federales han reiterado el uso de esta medida profilactica, que no tiene utilidad para contener la enfermedad viral, pero si tiene un manejo eficaz para el control social y la atomización y reclusión de la población que estamos atestiguando.

En entrevista publicada ayer en el diario español El País, Miguel Angel Lezana, responsable del Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades de México, admite que no hay un manejo responsable, desde el punto de vista médico, de la información presentada al público, que la danza de cifras fatales de la SSA se debe a que “tenemos un problema de comunicación”. Del mismo modo, reconoce que "la porosidad que tienen [los cubre bocas] permiten fácilmente el paso de las partículas, y porque además es muy poco viable que el virus pueda transmitirse por el aire sin estar en contacto con ninguna superficie" ¿Entonces para qué utilizarlas? Lezana señala que fue la población quien solicito su uso, para sentirse más segura. Sin embargo, hay implementada toda una logística militar, policiaca y gubernamental para distribuir y hacer obligatorio su uso. ¿Con que fin?

Lacan señala que el inconciente esta estructurado como un lenguaje. La manipulación mediática y política de la enfermedad se dirige a desestructurar las formas racionales de la conciencia a través del miedo y la angustia, manifestáronse procesos disociativos y primarios en la subjetividad de quienes admiten como realidad el mensaje mediático. Su signo es el tapaboca. Una parte de la comunidad política se encuentra atomizada y recluida en sus casas. Otra mantiene funcionando a la sociedad pero con diferenciaciones simbólicas visibles, legibles, entre quienes aceptan el control social y quienes lo cuestionan. La división entre sanos-enfermos, recluidos-no recluidos, vida-muerte se vuelve discurso contra el diferente.

La sociedad se mantiene polarizada, no a través de una diferencia política, sino paranoide, entre quienes en el imaginario colectivo procuran el cuidado y entre quienes con su descuido ponen en riego la vida, entre quienes quieren vivir y quienes representan un riesgo, aunque sea solo imaginario. Se deslizan entonces todos los miedos desatados y las pulsiones primarias sobre objetos pulsionales, sacrificiales, de distinciones entre lo puro-impuro, lo aceptable-inaceptable, sano-enfermo. Son tiempos de la peste, de lo impensable, de la fractura social. Pero también son tiempos para cuestionar esta polarización y llamar a la prudencia, el restablecimiento de la cordura, la legalidad y la responsabilidad pública.

lunes, 27 de abril de 2009

La campaña del PAN: amenaza biológica y fantasma paranoide



Tu voto por una vacuna
¿Acaso será la gripa del porcino...Carstens?

El gobierno de Calderón ha fabricado una realidad a modo para quebrar el vínculo social básico. La OMS y el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos ha reportado 18 casos confirmados en México, contra 40 de Estados Unidos y 6 de Canadá. La diferencia es el manejo político y mediático. Una ciudad como Nueva York, que presenta hasta ahora 28 casos, no ha recurrido a la política de miedo de clausurar lo público y aterrar a sus ciudadanos ¿Quién gana con el miedo? El PAN.

La polarización, el miedo y la violencia han sido temas desde los cuales Acción Nacional ha conservado el poder. No es nueva la estrategia, lo que si es nuevo es el manejo de una amenaza biológica.





Ulrich Beck escribe que no hay nada más aterrador que aquello que no puede ser pensado. Insertar la fantasía de la muerte de todos por causa del saludo y el beso no es más que romper tratos con el Otro, quebrar la confianza en el mundo, desaparecer el vínculo social. La amenaza del narco ha dado paso a la amenaza biológica, más oblicua, menos conmensurable, más eficaz para la administración del miedo.

La metáfora de la pandemia viral, apuntalada en los medios, reforzada con cortes especiales y opiniones reiterativas de periodistas, actores y funcionarios federales, cuyo centro es evitar los actos públicos, no hacer mundo común si se quiere salvar la vida de aquello que amenaza. El presidente Calderón en sus dos mensajes solo ha hablado de 149 “probables” casos, de “investigar” si las neumonías fueron provocadas por el virus porcino. Sólo una hipótesis. Los medios amplifican a modo. La gente aterrada no escucha la parte racional del discurso presidencial. El gobierno logra facultades extraordinarias como allanar los hogares habitados por gripientos sospechosistas, multiplicar la presencia del ejército en los bastiones electorales del PRI y del PRD, es decir, en el Distrito Federal y el Estado de México, dejar en suspenso el proceso electoral para renovar los poderes públicos.

Lo grave del asunto no es la enfermedad, sino su manipulación política. A los ciudadanos se nos va insertando que lo más importante y urgente como Nación es la amenaza de muerte en que nos encontramos; así hemos ido admitiendo una serie de sistemas de control bajo el supuesto de que nos vamos morir, ya sea por la violencia del narco o por la presencia de un virus. Hannah Arendt nos enseñó que bajo un ambiente de persecución y miedo no puede haber libertad de deliberación y entendimiento común ¿Cómo entonces elegir a nuestros representantes? ¿Cómo entablar diálogo, si el otro representa una amenaza a la vida? Mientras tanto hay una epidemia de 5 mil desempleados al día; una devaluación en ciernes; la devastación especulativa de las reservas internacionales en la bolsa de valores; una contracción del mercado interno y de las exportaciones; y sobre todo, una total opacidad sobre el destino de los 40 mil millones de dolares que el FMI otorgó en calidad de crédito al gobierno federal.

lunes, 6 de abril de 2009

¡Es la economía, estúpidos!

Hace años cuando sonaba con éxito en la radio mexicana la banda británica The Verve, el sistema de pagos estaba hecho añicos, el peso devaluado, el salario reducido a polvo y el desempleo devastaba a la enclenque clase media, esos consumidores sobre endeudados con dinero ajeno; en los Estados Unidos el presidente Clinton lograba que el Senado abriera una línea de crédito de 50 mil millones de dólares para rescatar el explosivo barco mexicano.

Hoy cuando el clandestino multicultural Manu Chao es declarado por el gobierno panista como extranjero pernicioso, el FMI presta al gobierno de Calderón 40 mil millones de billetes verdes con el fin de sacarnos del hoyo al que nos han llevado con decisiones económicas erráticas. El silencio entorno a duplicar la deuda externa mexicana es aterrador. Mientras tanto el “yo público ideal” heideggariano (o sea, mi inconciente) sigue expuesto a los mensajes dramatizados del doble de la realidad, de una existencia virtual que sólo existe en los medios: el narcotráfico. La apuesta calderonista es arriesgada. El resultado electoral, después del revire priísta, se antoja incierto. El Senador Beltrones ha cuestionado la estrategia del PAN sacando los esqueletos del armario de la historia, calificando de “supuestos” los resultados de la elección presidencial del 2006.
Al mismo tiempo, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, think-thank de la derecha neoliberal, suelta una fuerte crítica a la desastrosa política económica de Calderón, señalando "que esta crisis nos tomó peor parados que en años anteriores", que no existe la fortaleza de la que habla el Wiki Secretario de Hacienda y que estamos en crisis. La evidencia son 40 mil millones de dólares para administrar la emergencia real, la verdadera, hecha con ingredientes inocultables como la devaluación, el desempleo, la caída de las exportaciones y el cierre de empresas.

jueves, 2 de abril de 2009

La vieja receta panista: polarizar a México


Ya funcionó una vez, en la elección presidencial pasada, la línea de confrontación directa con el opositor.

En el 2006 escenario electoral era distinto. López Obrador arriba, bien colocado en las preferencias, “indestructible”, se definía así mismo. Madrazo con un alto nivel de rechazo electoral, desvielaba la maquinaría territorial y, lo peor, ablandaba el voto duro priísta. Calderón abajo, con un partido desgastado por un sexenio sin más fortuna que ser el primer gobierno de la alternancia y una mala campaña que no decía nada a nadie.


Sucedió lo inimaginable. López Obrador perdió la presidencia de la República cuando no asistió al primer debate político. Error táctico. Hizo posible que Calderón se convirtiera en una alternativa de gobierno, no por ser panista, sino por representar una opción para el voto blando del PRI que rechazaba al PRD pero que en su televisor veía como su candidato se desplomaba junto con las tarjetas que caían al suelo. Después del debate, Calderón logró ser la segunda mejor opción para una amplia franja de votantes.


Prácticamente desconocido, Calderón no tenía una imagen negativa como Madrazo, tampoco el poder de convocatoria de López Obrador. Descontado el PRI como adversario, la estrategia de la derecha consistió en polarizar al votante para concentrar apoyos electorales y colocarse en la pelea real. López obrador se convirtió por gracia de Los Pinos en “un peligro para México”. No fue el empleo el tema de la campaña calderonista, fueron el odio y el encono sus principales motores electorales. Hoy el país esta sumergido en la violencia debido a la continuidad de esta estrategia.
En el 2009 el PAN se juega su continuidad en Los Pinos. El emplazamiento lo comprende muy bien el presidente Calderón, convertido en el comandante electoral panista; obligado por la realidad. En el primer trimestre de este año los electores daban la espalda a la derecha. Una encuesta realizada por María de las Heras y publicada por Milenio mostraba que el 73% de los ciudadanos consideraba que las acciones presentadas por el presidente de la República en el Acuerdo Nacional a favor de la Economía Familiar no eran suficientes. Los focos rojos se encendieron en Los Pinos. El PRI colocado arriba en la intención del voto. El PRD en caída libre debido sus contradicciones internas.

Perpetrado en las imagenes de la violencia y las AK-47, el PAN logra imponer su agenda a los votantes a través del gobierno federal: es el narcotráfico y no el empleo el mandato de la elección. Pirotecnia externa con Sarkozy y Obama. Detención de narco juniors para presentar a los medios. Golpes directos para diferenciarse de las oposiciones, “quien no apoya al Presidente, es narcotraficante”. Resonancia mediática. Polarización instantánea. Las oposiciones ceden a su modo, con más costo que beneficio, debido a que el tema del narcotráfico cobra significación y diluye el tema de la crisis económica. Todo es narcotráfico y crimen organizado. Los spots de Coca Cola sobre la crisis y el desempleo parecen hechos para otro México, donde no viven los panistas. Ya Acción Nacional tiene aceitada la artillería pesada. Presión maniquea. Apuntalamiento con acontecimientos otra vez mediáticos, con objetivos seleccionados para neutralizar al PRD y dejarlo fuera de la competencia electoral. Un candidato peredista a diputado federal acusado de crimen organizado y Miguel Ángel Almaraz Maldonado, ex dirigente estatal amarillo en Tamaulipas, es acusado de narcotraficante. El elector registra el hecho. El periodista Ricardo Alemán corrobora la eficacia de la guerra contra el narco que no ha tenido lugar: la segunda encuesta electoral publicada por El Universal, —según la cual el PRI cayó de 39.9% de la intención del voto, a 30.30%, el PAN subió de 25.1% a 27.4% y el PRD se desplomó de 15.4% a 12.7%—, lo que prácticamente provocó un empate entre PRI y PAN.

La canasta de votos perredistas desencantados es aproximadamente de 7 millones de electores que en este momento no tienen una opción clara. El PRI está buscando a esos posibles votantes, no solo para esta elección que ya tiene asegurada mediante su amplia estructura territorial, sino para la elección grande, la presidencial del año 2012. López Obrado hace su trabajo, busca impedir que esa franja de votantes sea seducida por los priístas, e intenta construirse como una alternativa frente al PAN pero sobre todo frente al PRI; de ahí que lance sus críticas al gobernador Peña Nieto. Sin embargo, los obuses de lodo panista han pegado directo en la imagen del partido amarrillo, hundiéndolo.
La segunda fuerza política será el PAN. Desde ahí el presidente Calderón se dispone a retener el poder en el 2012. Por eso ha empezado a abrir fuego hacia el PRI, contra la dirigencia nacional, para posicionarse ante el votante anti priísta pero sobre todo con el votante independiente que rechazó a López Obrador en las urnas. Concentrar fuerzas y polarizar a la sociedad, es la vieja receta. El gobernador Peña, puntero en la carrera presidencial, es el objetivo natural del panismo. Acuerdos de obra pública e infraestructura han sido cancelados de manera unilateral por el gobierno federal para afectar los niveles de aprobación del gobierno peñista. Como en la administración Fox, el sexenio actual es de tres años. El PRI en un conclave de legisladores y gobernadores revisa el futuro, afina el presente.