lunes, 17 de agosto de 2009

El desafío político del PRI mexiquense: el impacto fiscal de la crisis en los municipios

La lucha política por los recursos escasos en el contexto de la crisis económica ha alcanzado al sistema hacendario mexicano. No es algo nuevo. Recordemos que el PAN acordó con el gobierno de Ernesto Zedillo una reforma a la Ley de Coordinación Fiscal para otorgarle mayores recursos a los municipios urbanos y más poblados del país, que en ese momento constituían la cabeza de playa de la alternancia azul del año 2000. La realidad actual es otra. El elector de esos municipios ha regresado su voto al PRI, no por nostalgia sino por una expectativa clara: formar gobiernos locales responsables, integrados y eficientes que cumplan sus compromisos, como lo hace el gobierno de Enrique Peña Nieto en el Estado de México. El mandato electoral consiste en actuar de inmediato sobre el desempleo y la falta de dinamismo de la economía mexicana.

El PRI Estado de México asume ese mandato, delineado un plan de emergencia para enfrentar la crisis económica. Recomienda disciplina en las finanzas, mayor transparencia, priorizar programas sociales, diseñar un esquema responsable de gasto público, amortizar deuda, acordar convenios con otros ayuntamientos para invertir en infraestructura de impacto regional. Así se construyen gobiernos que cumplen en medio de la crisis económica.


A nivel nacional, el control formal del presupuesto lo tiene asegurado el PRI con su mayoría en la Cámara de Diputados; no así, el control material sobre los recursos fiscales, atribución discrecional de la Secretaría de Hacienda. Parafraseando a un clásico: “el Congreso dispone, y Hacienda recorta”. En ese punto de inflexión del sistema político se está dando la lucha por el futuro inmediato del país.

La dirigencias nacional del PRI señaló en días pasados que espera conocer la propuesta de reforma fiscal del gobierno federal. Felipe Calderón ha medido los costos electorales de enviar su propuesta y decide abrir fuego mediante el secretario de Hacienda: no hay recursos suficientes para estados y municipios sin un incremento en la recaudación fiscal, debido a la caída en los ingresos petroleros que representan cerca de 4 puntos del PIB estimado para el año 2010.


La presión que busca aplicar Calderón a los gobiernos priístas es directa: emplaza al PRI a colaborar con una propuesta fiscal impopular en medio de la crisis sin garantía alguna de que las participaciones federales efectivamente lleguen a las haciendas locales, como es el caso del Estado de México.


Los mexiquenses no sólo sufrimos un injusto esquema fiscal, que nos quita más dinero del que se nos devuelve, sino además padecemos la discrecionalidad del gobierno federal de retener las participaciones necesarias para operar los servicios, las obras y los programas sociales estatales. Sin el corredor azul del Valle de México y la capital Toluca, el gobierno panista amenaza con presionar financieramente la autonomía municipal y el pacto federal, recortando recursos públicos del Fondo II y del Fondo IV del Ramo 33. Una irresponsabilidad como estadista, pero un cálculo partidista frío.

Sin embargo, los municipios que gobernó el PAN en el Estado de México por más de una década, presentan en lo general un panorama desolador:

-Altos niveles de deuda.
-Balances primario y financiero deficitarios.
-Elevados niveles de gasto operativo (gasto corriente y transferencias no etiquetadas)
-Consecuentemente, bajas tasas de ahorro interno (que impacta en la disponibilidad de ingresos para invertir y/o servir deuda).
-Contingencias que pudieran presentarse en el mediano plazo, relacionadas con la situación financiera de los organismos municipales de agua potable.
-Importantes requerimientos de inversión en infraestructura municipal para hacer frente a la problemática metropolitana.


Son tiempos de decisiones, compromiso y unidad. El Gobernador Enrique Peña Nieto reconoce el desafío, llama a los nuevos presidentes municipales priístas a tener disciplina fiscal, operar presupuestos limitados con objetivos precisos, coordinar obras conjuntas de impacto regional, priorizar acciones, redefinir el perfil y estructura de la deuda pública y, ejercer un gasto transparente para realizar la palabra empeñada en campaña. Por otro lado, con nuestros diputados federales lucha por un federalismo hacendario que permita tener los recursos que el Estado de México necesita para crecer con igualdad de oportunidades para todos. La lucha por el futuro ha iniciado. La unidad política entorno al liderazgo de nuestro Gobernador es fundamental para estar a la altura de las expectativas de los mexiquenses: cumplir los compromisos.

1 comentario:

  1. hello... hapi blogging... have a nice day! just visiting here....

    ResponderEliminar