
El voto expresa el consenso político en una sociedad democrática, es la manera ciudadana de expresar su nivel de satisfacción con el rumbo del país. Hoy alguien está diseminando en los medios, como ha diseminado la “guerra contra el narcotráfico” o la “contingencia sanitaria”, una idea fabulosa: votar en blanco. ¿Quién pierde con esta idea? Los ciudadanos ¿Quién gana con el voto en blanco? Simple, gana el PAN, el partido del desempleo.
Algo de sociología electoral ayuda a disipar la impostura del voto en blanco. La polarización y el ataque no pueden dar más voto a Acción Nacional. De acuerdo a una encuesta del diario Reforma, el PRI se mantiene arriba con el 39% de las preferencias. El ataque al PRI, a sus figuras representativas por usar corbata durante la “contingencia sanitaria” y el uso selectivo de la justicia en Michoacán, si bien, no da más votos al PAN frena al PRI, colocándolo por debajo del 40% de la intención del voto; es decir, los publicistas panistas quieren cerrar la elección.
El PAN ante un votante retrospectivo no tiene nada que ofrecer. Desempleo, inflación, devaluación y carestía afectan su competencia electoral. La puesta en escena de la supuesta guerra contra el narco y la contingencia sanitaria, pretenden mejorar la imagen y valoración del desempeño presidencial, llevando a Acción Nacional de 24% a 32% de las preferencias en unos cuantos meses.
Junio será fundamental para la elección. Aquí entra la estrategia del voto en blanco. Restarle votos al PRI llamando a que los electores descontentos con la política económica de Calderón, coloquen temas de la dimensión institucional como la corrupción, “la partidocracia”, la falta de candidaturas ciudadanas, por encima de la dimensión socio-económica de la pobreza, el hambre y las desigualdades.
Apelando al desencanto del votante panista y a la literatura del maestro Saramago, el movimiento blanco, cuenta con fuertes soportes de opinión pública, los mismos que se utilizaron para sobre exponer el caso de la influenza, hoy empleados para neutralizar el descontento con la anulación del voto.
Nosotros tenemos confianza en la reflexión del elector. Un votante más sereno y retrospectivo va por el PRI, con su voto va a decir no al alza en los precios de la leche, el huevo, la tortilla, la gasolina; con su voto va a decir no al desempleo, la pobreza y la violencia; con su voto va a decir no a un gobierno que no sabe cumplir. Los ciudadanos habrán de decidir el valor de su voto.
Algo de sociología electoral ayuda a disipar la impostura del voto en blanco. La polarización y el ataque no pueden dar más voto a Acción Nacional. De acuerdo a una encuesta del diario Reforma, el PRI se mantiene arriba con el 39% de las preferencias. El ataque al PRI, a sus figuras representativas por usar corbata durante la “contingencia sanitaria” y el uso selectivo de la justicia en Michoacán, si bien, no da más votos al PAN frena al PRI, colocándolo por debajo del 40% de la intención del voto; es decir, los publicistas panistas quieren cerrar la elección.
El PAN ante un votante retrospectivo no tiene nada que ofrecer. Desempleo, inflación, devaluación y carestía afectan su competencia electoral. La puesta en escena de la supuesta guerra contra el narco y la contingencia sanitaria, pretenden mejorar la imagen y valoración del desempeño presidencial, llevando a Acción Nacional de 24% a 32% de las preferencias en unos cuantos meses.
Junio será fundamental para la elección. Aquí entra la estrategia del voto en blanco. Restarle votos al PRI llamando a que los electores descontentos con la política económica de Calderón, coloquen temas de la dimensión institucional como la corrupción, “la partidocracia”, la falta de candidaturas ciudadanas, por encima de la dimensión socio-económica de la pobreza, el hambre y las desigualdades.
Apelando al desencanto del votante panista y a la literatura del maestro Saramago, el movimiento blanco, cuenta con fuertes soportes de opinión pública, los mismos que se utilizaron para sobre exponer el caso de la influenza, hoy empleados para neutralizar el descontento con la anulación del voto.
Nosotros tenemos confianza en la reflexión del elector. Un votante más sereno y retrospectivo va por el PRI, con su voto va a decir no al alza en los precios de la leche, el huevo, la tortilla, la gasolina; con su voto va a decir no al desempleo, la pobreza y la violencia; con su voto va a decir no a un gobierno que no sabe cumplir. Los ciudadanos habrán de decidir el valor de su voto.

